lunes, abril 06, 2009

Concurso: El rock está muerto, se agradece no insistir


Desocupados y queridos lectores,

Para disculparme por mi ausencia ya habitual del oficio de generación de redundancia, entropía y redundancia para la blogósfera, quisiera proponer un concurso con un fabuloso premio sintáctico/gramático, como los que ya he ofrecido en varias oportunidades.

El concurso consiste en lo siguiente:

En un comentario a esta publicación de este humilde y pretencioso weblog, escriba de la manera más elocuente, humorística y persuasiva posible la relación de la imagen incluida en esta publicación y el título del concurso, que por si no se han dado cuenta es "el rock está muerto, se agradece no insistir".

El criterio para otorgar el premio será la originalidad del comentario, así como la presencia de las tres cualidades descritas arriba. Tendrá puntos extra el comentario que indique correctamente cuáles son las DOS fuentes directas de inspiración de la imagen.

Ah, el premio al comentario elegido será una sorprendente carga de cincuenta comas, quince puntos multiuso -que se pueden usar como aparte o seguidos-, cuatro asteriscos, y cuatro puntos y coma, con los que podrá elaborar el texto bien redactado de su inspiración.

Letra pequeña: El anfitrión del concurso no se responsabiliza por la calidad del texto redactado con los signos de puntuación otorgados. El uso excesivo de comas, puntos, asteriscos y demás puede causar asfixia en el lector. El punto y coma mal usado sólo lo puede hacer quedar como un ignorante pretencioso, pero de buenas intenciones. Premio redimible por medio de publicaciones de este blog. El anfitrión del concurso se reserva el derecho de republicar y comentar los comentarios como nuevas entradas del blog. No se reconocerán derechos patrimoniales, ni bobos que fuéramos. Se reconocerán todos los derechos morales al autor de cualquier comentario, eso sí, no se salva de que se la monte un poco si da papaya.

Post scriptum para aquellos que van a ir al próximo concierto de Kiss en Bogotá: No insistan, la vergüenza de haber pagado por ir no se puede disimular con otro hecho vergonzoso, el ir a un concierto de Kiss.

'Corazón de tinta' y las conspiraciones paranoides distópicas

Acabo de volver de cine, y no fue Eurocine, porque sólo había patéticos dramas centroeuropeos en el horario en el que podía ir a ver, así que me decidí por una película hollywoodense de aventuras para niños: 'Corazón de tinta'.

Como se puede ver en el avance cinematográfico, se trata de un personaje (el mismo de George of the Jungle) al que se le vuelve realidad lo que lee en los cuentos, lo que en la película se llama un 'Lengua de plata'. Tranquilos queridos lectores, no voy a arruinarles la peli por más que quieran, les toca bajarla o ir a verla (no la compren pirata, piratéenla ustedes GRATIS si les interesa, sean buenos piratas).

Como todos los paranoicos sabemos, toda obra de ficción, sobre todo si es de Hollywood, tiene algún elemento de realidad incómoda, oculta, tan real que parece irreal. Esta película no es la excepción. ¿Es que acaso no hay místicos cuánticos que ven el evangelio de su nano-fe revelado en abyectas amalgamas de chismes de Max Planck, Deepak Chopra y 'El Mago de Oz'?

Bueno, el caso es que la faceta paranoide de mi personalidad acabó de descubrir por qué es que pasa lo que pasa en el mundo: Eufemismos para ocultar la verdad (Falsos positivos, servicio al cliente...), erosión de las libertades individuales, proliferación de la vigilancia encubierta, retorno y/o recrudecimiento de la guerra entre hemisferios, almacenes llenos de marcas 'institucionales' de cosas horribles y de mala calidad que nos deben parecer 'buenas, bonitas y baratas' (Simply, Ekono, Mica, Victory Gin, Cigarrettes, Chocolate...), retorno y/o recrudecimiento de modas horripilantes que incluyen monos con trapos amarrados en las caderas, instituciones de poder, como la iglesia católica y don Alvarín Skywalker exhortando a "aguantarse el gustico", telescreens personales proliferantes (iPhones - Netbooks - Palms - Twitter) y muchos otros detalles... ya adivinaron el adjetivo: ORWELLIANOS.

Todas estas orwelleces, si se me permite el neologismo, son causa de un pendejo que le dio por leer en voz alta la majestuosa distopía '1984' y no se dio cuenta que era un 'lengua de plata'.

Si a nuestro 'lengua de plata' le dio por leer novelas futuristas trágicas, este humilde y pretencioso paranoico se pregunta, ¿Qué hubiera pasado si a aquel desafortunado de argentina lengua hubiera leído en voz alta 'Un mundo feliz'? ¿Será que así tendríamos un mundo igualmente horrible y disfuncional, pero más parecido a una película futurista de Woody Allen, con más drogas, sensoramas, helicópteros, robots y elegantes edificios modernos?

Vaya el gran hermano a saber...