martes, mayo 27, 2014

Los 'ene' nombres, incluye concurso

En esta entrada, con menos interés potencial que cualquier otra en este pretencioso blog, trataré de combinar una reflexión sobre un pedazo de código de BASIC, una corrección a un gran autor, y un comentario sobre el misticismo light (el primero y el segundo).

Por alguna razón (trabajo procrastinado, tal vez) me desperté pensando en código, combinaciones y recursión, y mientras rumiaba granola y matoneaba neolaureanistas en las redes sociales, recordé 'El péndulo de Foucault' de Umberto Eco, y me apresuré a buscar el fragmento de código que aparece en el libro, el que es usado para generar todas las combinaciones del nombre de dios.

Aparte de encontrar un hermoso marcador de páginas de la Bauhaus que creía perdido hace años, rápidamente encontré el capítulo en el que Jacopo Belbo programa a Abulafia (el computador-personaje del libro), según las instrucciones de Abulafia (el cabalista sefardí del s. XIII), para hacer las permutaciones con las que se habría de encontrar HaShem (el nombre) con el que se pueden activar Golems y encontrar puesto en TransMilenio. El código que encontré se veía muy cabalístico, gracias a la tipografía monoespaciada con pinta de impresora de punto, y a los abstrusos comandos PRINT, FOR, IF, THEN, NEXT, END y otras combinaciones de letras sin sentido alguno para los no iniciados.

Una lectura rápida del código me reveló un error (¿deliberado?), que no permitiría que funcionara, que era una instrucción fuera de línea. Después, un intento de ejecución del código en una máquina virtual nostálgica reveló otro pequeño problema que pude corregir fácilmente. El código funcional para que se puedan ejecutar las instrucciones de Abulafia en Abulafia es:

10 REM anagrams
20 INPUT L$(1),L$(2),L$(3),L$(4)
30 PRINT
40 FOR I1=1 TO 4
50 FOR I2=1 TO 4
60 IF I2=I1 THEN 130
70 FOR I3=1 TO 4
80 IF I3=I1 THEN 120
90 IF I3=I2 THEN 120
100 LET I4=10-(I1+I2+I3)
110 PRINT L$(I1);L$(I2);L$(I3);L$(I4)
120 NEXT I3
130 NEXT I2
140 NEXT I1
150 END

Después de correr el programa exitosamente y leer los 24 posibles nombres sin que nada pasara, decidí hacer el ejercicio mental de explicarme el código en español, como para aclararle el universo cuál era mi intención:

10 REM anagrams

En realidad nada, sólo le recuerda al usuario qué hace el programa.

20 INPUT L$(1),L$(2),L$(3),L$(4)

Solicita al usuario las letras a combinar (L), y las asigna un valor de 1 a 4.

30 PRINT

Hace en la pantalla una línea vacía, para recordarnos de la falta de propósito del universo.

40 FOR I1=1 TO 4

Hace un proceso de iteración en el que en cada vez se usa un valor diferente a la variable I1, del 1 al 4.

50 FOR I2=1 TO 4
60 IF I2=I1 THEN 130

Hace otro proceso de iteración igual para la variable I2, pero pone una condición: Si el valor de I1 es igual al de I2, debe ir a otra orden, la que está en la línea 130, que le dice que use el siguiente número, con el objeto de no repetir números.

70 FOR I3=1 TO 4
80 IF I3=I1 THEN 120
90 IF I3=I2 THEN 120

Hace un proceso de iteración para I3, con la misma condición de antes, pero incluyendo los valores de I1 e I2, enviando a la instrucción en la línea 120.

100 LET I4=10-(I1+I2+I3)

Asigna el valor de I4 (LET quiere decir "sea", es el más místico de todos los comandos), que debe ser uno que no esté en las variables I1, I2 e I3. Para saber esto, se resta  mediante la resta de los valores de I1, I2, I3 a la sumatoria de los valores de todas las variables, en este caso, 1+2+3+4 = 10, revelando el valor del que falta. ¿No es magia esto?

110 PRINT L$(I1);L$(I2);L$(I3);L$(I4)

Aquí vemos el resultado de todo, se imprimen los valores de cada variable, en cada iteración, revelando una combinación a la vez.

120 NEXT I3
130 NEXT I2
140 NEXT I1

Cada NEXT es una palanca que mueve cada variable a su siguiente valor.

150 END

Acaba el programa y muestra la futilidad del ejercicio y de la existencia, en general.

Toda esta explicación, incluida la recitación, fue inútil, pues no activé ningún Golem, ni me interesa subirme a un bus, pero fue un ejercicio pedagógico interesante.

¡Concurso fácil!

Si leyó el libro o el capítulo por pura curiosidad, pudo ver que J. Belbo gastó una cantidad no especificada de whisky y sándwiches generando el código para combinar seis caracteres. Como homenaje a este ñoñazo de la semiótica y a sus personajes ofrezco a mis pocos, poquísimos y desocupados, desocupadísimos lectores un premio de whisky (o tinto, o bebida análoga de su elección) y sándwich (o pasabocas sólido o coloidal análogo) y un ratico de charla intrascendente a la persona que primero ponga el código correcto para combinar 6 caracteres en BASIC en la sección de comentarios de esta publicación, usando lo que hay en esta publicación como plantilla o inspiración.
El premio puede entregarse en Bogotá, o donde nos encontremos, la próxma vez que nos veamos.
Nota: El código debe poder correr en el emulador de AppleSoft Basic, el del Apple //, cuyo link está en el texto.

Adenda musical

Hace un tiempo, junto con el Ensamble de Exploración Vocal de los Andes (EEVA) cantamos una obra llamada 'HaShem' (El Nombre) de un compositor colombiano muy chévere que se llama Johann Hassler. En la obra, las vocales y consonantes se combinaban de acuerdo a las reglas que dio Abraham Abulafia para sus ejercicios místicos. Cantar esta obra y hacer estos ejercicios es muy interesante, cuando menos, divertido. Aunque no tuve ninguna epifanía, disfruté de los efectos sicotrópicos de la saturación de CO2 en mi cerebro.

Si tienen la oportunidad, vayan a escuchar esta obra en vivo, o si pueden, sean intérpretes de esta. Johann no solo es buen tipo, sino muy buen compositor.

miércoles, abril 09, 2014

El Weather Report

En mayo de 1972, en el auditorio de la Biblioteca Luis Ángel Arango, camuflados detrás de la brillante interpretación de obras de J. S. Bach de Friederich Gulda, legó una rápida y momentánea invasión bárbara, de hombres sin traje de gala, con gorros de colores, peinados estilo afro, barbas largas y estrafalarios bigotes, trayendo instrumentos eléctricos, ritmos poderosos y exóticos instrumentos de percusión. Estos invasores del sacrosanto espacio de acústica impecable dedicado culto a la tradición musical culta, europea y europeizante, eran nada menos que Weather Report.

Hace unos años escuché que el legendario grupo de jazz Weather Report había venido a Colombia en los setenta, aunque nunca supe cuándo había sido. Me imaginé que habrían venido a fines de los setenta, con estátus de súper estrellas de giras interminables, cuando fueron más conocidos, trayendo a Jaco Pastorius y/o a Peter Erskine, pero no. Una semblanza de Bernardo Hoyos hecha por Luis Carlos Garay me reveló una conexión desconocida por mí hasta ese momento, la de Friederich Gulda - Weather Report. Yo sabía que Gulda había tenido que ver con el hecho de que se conocieran el tecladista y fundador del grupo Josef Zawinul y el bajista checo Miroslav Vitous, por un concurso en el que Zawinul fue jurado, pero no sabía que habían tocado juntos, y mucho menos que habían venido a Bogotá, y no me imaginaba que hubieran venido en uno de los momentos más interesantes del grupo, cuando, aún con su placenta haber sido paridos por un ensamble eléctrico de Miles Davis (o de haberlo parido), combinaban un jazz libre y transgresor con un popular (y casi hedonista) funk.

Incrédulo ante tal relato histórico, decidí comprobar en el catálogo en línea de la biblioteca si esto era cierto, y en efecto lo era. Aparecía en la lista un disco registrando una presentación de Friederich Gulda de 1972, llamada "El Weather Report", con los nombres (con curiosa ortografía) de la formación del grupo cuando grabaron el disco 'I Sing the Body Electric': Eric Gravatt (batería), Dom Um Romão (percusión), Miroslav Vitous (bajo), Josef Zawinul (piano eléctrico), y Wayne Shorter (saxofón). Pocos días después, fui a la biblioteca y con gran ansiedad saqué uno de los dos discos del registro de ese concierto, que empezaba con Gulda tocando piezas del 'Clave Bien Temperado', de J. S. Bach, y después seguía con Weather Report en pleno, con el pianista clásico sumado al ensamble.

20:22 se escucha la primera tanda de aplausos, prolongada, como nuestro público generoso, con sonoros '¡bravo!' de parte de parte del público entusiasta. Un intrigante berimbau, tañido por el barbudo Um Romão hace su debut en la sala, no sólo llevándonos más allá del sonido eléctrico, sino trayendo un poco de la selva al entorno, los sonidos electrónicos de un piano distorsionado por un modulador de anillo nos proyectan a una selva futurista, y se oye un aplauso durante la pieza. Me pregunto desde el otro lado de la cortina acusmática ¿Qué será? ¿La maravilla ante los sonidos exóticos sobre los ya bastante exóticos? ¿Será la vuelta a escena de F.  Gulda? Gravatt y Vitous llevan al público entre el sofisticado, pero no necesariamente complaciente, free jazz y el salvaje funk. Es difícil hablar de 'solos' con el Weather Report de este tiempo, por la filosofía 'Nadie hace solos, todos hacen solo' que guiaba al conjunto en esta época, pero el saxofón de Shorter se abre espacio hasta quedar solo, para hacer que el resto de músicos vuelvan con más fuerza unos segundos después. El ritmo vuelve y va cediendo en un lento 'decreciendo', en el que el piano se convierte en un instrumento de percusión como salido de la mesa de Dom, para después atacarnos súbitamente con el tema de 'Directions'. Vuelve temporalmente algo que un ortodoxo melómano podría considerar 'jazz', por el apoyo rítmico de Miroslav y Eric, pero con el diálogo libremente disonante de Joe, Wayne y Dom. El clímax satura los micrófonos de la sala, acostumbrados a música menos salvaje, hecha para músicos mas contenidos que este bárbaro ensamble. Un diminuyendo sospechoso, con el bajo con arco disfrazado de cuica antes de volver al tema desata otra ronda de aplausos. Explota una segunda ovación, esta vez más 'bravo' se oyen, la gente aplaude con más emoción.

Un piano acústico y uno eléctrico se cruzan, los dos austríacos, Gulda y Zawinul nos llevan a un terreno donde poco nos importan la armonía y los temas, antes que el movimiento, el diálogo y la espontaneidad, para después de un pianissimo con gran compromiso del público, reapareció el tema y la armonía más convencional, junto con un groove de funk que sirvió a los dos austríacos y a Shorter como base para su solo colectivo. Los zuecos de Dom resuenan por la sala, el piano acústico se toma el primer plano de nuevo, todos lo escuchan, se mueven alrededor de él, llegando a momentos en los que la armonía recuerda al s.XIX intercalados con sonidos futuristas.

Tercera pieza, Gulda se une al Funk, y Shorter con gestos cortos los lleva a todos. No podría creer que toda la sala a estas alturas no estuviera parada y bailando, si no haciendo los gestos de una danza hippie bajo el efecto del LSD, al menos moviendo las caderas rítmicamente. De eso pasamos a la poderosa y rápida improvisación libre, esta música es para mover el cuerpo, no para sentarse ceremonioso, como se suele hacer en los recitales de la Biblioteca Luis Ángel Arango.

Imagino a una parte de los melómanos habituales de la sala-templo de la época, incómodos ante algo que se parecía más al profano rock que la música clásica que se escuchaba en los frecuentes rituales de ese templo de cielo raso de madera. ¿Electricidad, altos volúmenes, improvisación? ¿No habían hecho un festival de mechudos de estos cerca a Medellín hace unos años? ¿Por qué llegan de la mano de un músico 'correcto' –aunque no sin controversias– como Gulda? ¿Por qué no oigo el mismo 'swing' del Modern Jazz Quartet o de Dave Brubeck en un espacio tan 'civilizado' como este?

La ovación final da cuenta de la gente yéndose de la sala y saliendo de este delicioso infierno de ritmo y mezclas non sanctas a la fría noche del centro de Bogotá.

Me pregunto quién se acordará de ese día.

El 'fade-out' de la grabación hace que el silencio se funda con el ruido del reproductor en mis audífonos. Subrepticiamente, consciente del carácter ilícito de mi acto, pongo el disco en mi computador y lo empiezo a copiar. Me tiemblan las manos de emoción mientras la barra de progreso se mueve lentamente.

Exhortación final: ¡VAYAN A LA BIBLIOTECA Y ESCUCHEN LA GRABACIÓN!

Aunque no es esta presentación, esta fue la encarnación de Weather Report que estuvo en la Luis Ángel esa noche, falta el invitado Gulda:




Actualización: Martha Enna Rodríguez me contó que había ido a ese concierto, y me contó algunas cosas muy interesantes, después publicaré más al respecto.