Carreta potencialmente interesante. Para algunos.
Gravitando hacia el sonido, cultura libre, la ciudad y lo que aparezca digno de ser comentado. Se reciben comentarios.
Yo, en uso de mis funciones de árbitro principal de la cultura, la moda y el queso parmesano para la localidad de Teusaquillo y próximamente Choachí, me encarté con asumí la comprometida y emancipatoria labor de escuchar, comentar y digitalizar la colección de vinilos de música experimental de Ricardo Arias.
A los ya imaginarios y desocupados lectores de esta impredecible publicación ofrezco el hipervínculo a la bitácora del proyecto.
Hagan clic aquí, si les place, si no, pues no lo hagan.
Ayer, mientras oía radio en la oficina, se me atravesó una versión de 'La Trucha' de Franz Schubert y descubrí un hecho impresionante: Schubert era un viajero en el tiempo que irrumpió en mi casa, lavó su ropa y plagió a mi lavadora, y se acabó mi Vanish Poder O2.
Resulta que mi lavadora, aparato diligente e inspirado, canta cuando termina su faena de lavandería una bonita canción, fruto de su trabajo y las burbujas en sus tripas. Resulta que este patético émulo austríaco del Dr. Who, en versión hipster decimonónico, incorporó la canción cantada por MI lavadora, en la que MIS gatos se sientan, como el tema de las variaciones del cuarto movimiento de 'su' quinteto. He aquí la versión robada por el europeillo aquel.
Tal ultraje cultural, con el carácter colonialista que le suelen poner los ultramarinos de occidente -que es nuestro oriente- a sus supuestas 'creaciones', me ha inspirado y llenado de orgullo por mi mecánica compositora koreana, a quien la alta cultura hegemónica busca privar de su precioso capital cultural autóctono. Tal es el orgullo que escribí un poema al respecto que publiqué primero en el féisbuc y transcribo aquí, para que Uds. desocupados e improbables lectores se contagien de mi emoción (inserte emotícono para aclarada de garganta):
No soy ludita, ni hippie tampoco El mugre me asusta, y más en mis ropas Pues en clases fijo me miran Cuando mis axilas lección de geografía les dictan.
Mal poeta, pero no cochino No elegante pero sí con gusto -raro, pero gusto- Del oficio a veces me evado Con excusa de zamparme unos lieder.
La tele inmodesta me muestra Las pocas musas que a las masas le quedan Nefastos Juanes, Jotamario y Julito Con electrónicas redes las atrapan y cocinan.
Yo sí defiendo a mi lavadora, Que por las vías chuecas del mercado globalizado Viene a hacerme el oficio Y a recordarme con su canto que vivo aún en Occidente.
Que de auras Benjamin nos libre, Y que en su tumba Adorno se revuelque, Trasciende el estado de señal El Schubert de mi lavadora es más que un simple adorno.